BOLETA ÚNICA ¿QUE ES? ¿QUÉ
SIGNIFICA?
Boleta única ¿Una
solución mágica?
Pese a los anuncios de la oposición, el
sistema propuesto genera dudas entre algunos especialistas. Preocupación
por la utilización de celulares para generar un voto cantado.
Por Pablo Winokur
Improvisación y soluciones mágicas. Esas parecen ser las dos expresiones
que sintetizan la actitud de la mayoría de los dirigentes,
organizaciones y periodistas frente a la tan mentada reforma política.
Existe una percepción de que cambiando dos o tres leyes electorales se
genera una reforma política y que eso redundará en un beneficio directo
en todo el sistema institucional argentino. Luego, la realidad demuestra
que esto no es tan así.
Durante años se habló de que la solución a
todos los problemas argentinos era generar internas abiertas y
simultáneas, como en Estados Unidos. Cuando se instituyeron en 2002,
pocos partidos llegaron a implementarlas y, en general, terminaron en
escándalo. El sistema no se aplicaba al esquema de partidos argentino y
hubo que derogar la ley. Durante años se habló de la eliminación de las
listas sábanas. Pero pocas veces se comenta que provincias como Santa
Cruz, San Juan o La Rioja las han eliminado y eso generó un mal mayor:
la oposición y las minorías casi no tienen representación en sus
respectivas legislaturas. También se habla de las ventajas del voto
electrónico, pero se desconoce que el sistema fracasó en la mayoría de
países del mundo, y que incluso en Estados Unidos analizan volver a la
tradicional papeleta.
Hoy, el nuevo caballito de batalla de la
oposición, medios y ONGs es la boleta única. La idea es reemplazar las
cientos de listas con cada candidato en el cuarto oscuro y reemplazarlo
por una única boleta que tenga todos los nombres, de todos los
candidatos. El elector tildaría su voto sobre uno de ellos, lo guardaría
en un sobre y emitiría su sufragio.
Esto evitaría el robo de boletas y el voto en cadena. Además reduciría
el peso de los fiscales a la hora de controlar una elección, lo cual
beneficia a los partidos más pequeños.
Hasta aquí las ventajas del sistema. Pero no todo lo que reluce es oro.
Cabe aclarar que las siguientes líneas no intentan desacreditar la idea
de las boletas únicas, sino aclarar que no es una solución mágica y que
seguramente conllevarán problemas.
Todas las voces, todas
El único proyecto oficialmente presentado hasta el cierre de esta
edición es el del senador Samuel Cabanchik, que ofrece algunas
alternativas válidas. La pregunta es si serán o no verdaderamente
aplicables.
El tema generó una infinidad de
percepciones. Desde el oficialismo el primero en hablar fue el ministro
de Justicia, Aníbal Fernández quien aseguró que la BU tendría el tamaño
de “la bandera nacional de ceremonia de una escuela” y consideró que la
oposición “curra” con este tema. “Si hiciéramos esto que quieren hacer
de una boleta única donde todas estuvieran incluidas, la boleta tendría
más o menos el tamaño de la bandera nacional de ceremonia de una
escuela, algo así como 1,50 por 1,20”, dijo.
El titular de la Cámara baja, Eduardo
Fellner también se mostró contrario a la idea "La oposición lo quiere
hacer aparecer como una panacea cuando en realidad es imposible llevarlo
a la práctica. Es una propuesta ridícula porque eso significa que en una
sola boleta se ubiquen todas las boletas que se pueden ver en el cuarto
oscuro, eso es imposible".
Sin embargo, dentro del oficialismo también
ha habido voces disidentes, que se muestran a favor de un cambio de
sistema. Por ejemplo, el hombre de Movimientos Libres del Sur, Humberto
Tumini, quien aseguró que es “una excelente idea”. “El dinero para
imprimir las boletas, que la ley determina, es entregado
sistemáticamente fuera de los tiempos adecuados a los partidos, y debe
correr por cuenta de estos el costo de la impresión de las mismas. Como
es sabido, no todos los partidos cuentan con los mismos recursos para
ello”, dijo. “Por cierto no desconocerá además el Ministro que
prácticamente nunca se suspende la votación si en una mesa no hay
boletas de algún partido participante del comicio”.
Por supuesto, todo el arco opositor salió a
respaldar la medida. Desde Federico Pinedo, Oscar Aguad y Adrián Pérez
(PRO, UCR y CC, respectivamente) hasta otros miembros de sus partidos.
También en la provincia de Buenos Aires,
legisladores opositores reclamaron la medida. Cabe recordar que fue allí
donde se sufrió principalmente el problema de las “colectoras”, en las
que varios candidatos a intendente (por ejemplo), llevaban el nombre de
Cristina Kirchner como presidenta y eso traccionaba votos a su favor.
“El objetivo es evitar la listas colectoras –que tuvieron su auge en la
última elección-, para fortalecer el debate de ideas dentro de los
partidos políticos y evitar que estos diriman sus internas en la
elección general”, aseguró el legislador platense, Mor Roig, quien
además es miembro de las mesas de conducción provincial y nacional de la
CC.
El legislador del PRO, Christian Gribaudo
también habló a favor del tema. “Con la boleta única estamos planteando
por ejemplo la eliminación de las famosas listas colectoras. Hemos visto
en los últimos procesos electorales las consecuencias del abuso de esta
práctica que sólo provoca confusión en los electores y serios trastornos
en el acto comicial, que atenta directamente contra la libre elección de
los ciudadanos”, dijo y reclamó además hacer una discusión de reforma
política más profunda.
Contras
Pero no todo es color de rosas. El primer gran inconveniente que
suscita la Boleta Unica (en adelante, BU) es que sucederá en el
elecciones en las que existe la denominada lista sábana vertical: por
ejemplo, la lista de diputados de la provincia de Buenos Aires. ¿Se debe
incluir la lista de todos los candidatos de cada partido o sólo los
primeros? Si se ponen todos los candidatos, de todos los partidos la
lista sería gigantesca y, por lo tanto, el sistema inaplicable. Si se
excluyen ciertos nombres, sería injusto porque el elector carecería de
toda la información a la hora de emitir su sufragio.
La oposición, pareció encontrar una
solución. La BU sólo llevará el logo del partido y los nombres de los
tres primeros candidatos, pero en el cuarto oscuro habrá afiches
gigantes con todos los nombres de todos los postulantes de cada lista.
¿Pero no terminaría esto confundiendo aún más al ya muy confundido
votante? ¿Qué pasaría además si alguien rompe los carteles de algún
partido? ¿Quién lo repondría?
Por supuesto, este problema es sólo para
elecciones de diputados. Pero aquí no terminan los problemas, porque en
varios puntos los proyectos existentes no quedan del todo claro.
¿Quién entregaría á la BU al elector? ¿El presidente de mesa antes de
ingresar al cuarto oscuro o el correo en el domicilio del elector?
Esto último podría generar un complejo
problema de logística, así que se deduce que será el presidente de mesa.
En ambos esquemas, no habría nada que imposibilite –como por allí se
dice- el denominado “voto en cadena”. Simplemente el votante debería
entregarle a un puntero político una BU sin marcar, éste le daría a
cambio su recompensa y le entregaría al próximo votante la BU marcada
con el voto impuesto.
Aquí entra otro cuestionamiento. ¿Cómo se
tiladará a qué partido votar? ¿Será con lápiz o con tinta indeleble? El
sentido común indica lo segundo; con el lápiz será fácil que cualquiera
cambie el sufragio y por ende el resultado. Sin embargo, eso también se
puede hacer hoy haciendo desaparecer algunos votos que estén en las
urnas. El problema si se hace con marcador indeleble o birome es que por
un lado no evitaría el tan criticado voto en cadena. El segundo punto es
que hoy sería muy sencillo obligar al elector a ingresar al cuarto
oscuro con un celular diminuto y hacerlo sacar una foto de su boleta
marcada, que además será inmodificable (porque es marcador indeleble).
Otro inconveniente formal, que de todos
modos existe hoy también con el sistema actual es cómo se determinará el
orden de los sellos partidarios en la boleta. Estar en los primeros
lugares otorgaría mucha más visibilidad, lo cual significaría una leve
ventaja para aquellos.
Por último, habría que pensar qué se haría en casos de elecciones en que
se vota para varias categorías de cargos. ¿Habría una boleta única
kilométrica, varias boletas, varias urnas…?
Estos son sólo algunos interrogantes. Está claro que todos ellos son
solucionables. Pero demuestra que una reforma de estas características
no se puede dar en el marco de improvisaciones, sino que debe ser hecha
de manera seria y en base al consenso entre las distintas agrupaciones
políticas. Y probablemente, sería mejor pensarlas en un año no
electoral.
El debate por el voto electrónico
Otro de los puntos sobre los que se suele
hablar cuando se reclama la reforma política es el voto electrónico. Se
dice que es muy sencillo, que la gente votaría por computadora y que los
resultados estarían en pocos minutos.
Sin embargo, los expertos que han estudiado
el tema lo miran con recelo. ¿Por qué? Por empezar porque es mucho más
complicado fiscalizar la transparencia del comicio. ¿Quién se haría
cargo de evaluar que las computadoras no estén hackeadas? ¿Cómo se
controlaría que los datos lleguen correctamente a destino para su
recopilación? ¿Habría o no una forma “testigo” de controlar que
efectivamente los votos se hayan emitido de manera correcta? ¿Qué pasará
con los analfabetos digitales que no saben usar una computadora?
En la mayoría de países en que se usa el
voto electrónico hay disconformidad. Algunos incluso han tenido que
retomar la votación tradicional. Incluso en Estados Unidos se analiza
volver al viejo sistema. Una de las pocas experiencias exitosas al
respecto, es Brasil.
¿Por qué funcionaría bien en la Argentina?
Esto no implica desestimar la herramienta. Pero debe ser aplicada de
manera cuidadosa, para no empañar una elección.
“Cómo garantizar la seguridad en todo lo
que es el proceso previo a la jornada electoral, con instancias clave
que tienen que ver con la auditoría del software y la inseminación del
software en cada una de las urnas electorales. El proceso de
fiscalización electoral previo a la jornada electoral creo que es una de
las cuestiones que hoy más se critica, en las cuales entonces hay que
poner el acento”, explica María Inés Tula, autora del libro “Voto
electrónico, entre votos y máquinas”.
Antecedentes
La implementación de la boleta única no
sería original. "En Córdoba ya se ha aprobado la reforma y se ha
introducido la boleta única. Este sistema lo implementó Australia en
1856, Nueva York en 1898, y hoy, en el año 2009, todos los países de
América Latina, con excepción de Brasil, que ya tiene voto electrónico,
y de Uruguay, que tiene un sistema de Ley de Lemas, tienen incorporado
el tema de la boleta única", explicó Daniel Zovatto, director del
Instituto para Desarrollo de la Democracia y Sistema Electoral. También
en Alemania existe una boleta similar.
En la provincia de Córdoba se aprobó el 4
de diciembre pasado una reforma similar a la que ahora se propone. Así
dice la redacción de la ley: "Boleta única. Será la herramienta de
votación. Reemplazará a la boleta partidaria que imprime cada agrupación
política. La boleta única será impresa por la Justicia Electoral y
entregada a cada elector, el día de la votación, por el presidente de
mesa. Es una papeleta de proporciones similares a una hoja A3, que
presenta a todos los candidatos de todos los partidos que participan en
los comicios. Tendrá un casillero en blanco al lado de cada postulante
para que el elector pueda marcar con una lapicera al que prefiere. Las
dimensiones finales y el diseño general quedarán a criterio de la
Justicia Electoral."
MODELO DE BOLETA ÚNICA
UTILIZADA EN ELECCIONES A GOBERNADOR POR LA PROVINCIA DE SANTA FE:

Fuente: El
Parlamentario
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